Llevo mucho tiempo pensando en quién tuvo la culpa y ya comienzo a
entenderlo: las matemáticas tuvieron la culpa de todo lo que nos pasó. Si nunca
nos salieron las cuentas no fue por nuestra culpa sino por los caprichos de los
números al cruzar nuestra existencia. Cada 2 por 3 nos empeñábamos en dejarnos
a medias, como un quebrado. Yo sólo trataba de sumarle a nuestro colchón
algunos suspiros pero eso es algo que no funciona si le restas importancia a
los sentimientos. El 69 no era un múltiplo de los mejores días y al final fue
imposible. Yo me empeñaba en llevarte flores 9 días por semana y sólo daba
contigo cada 30 de febrero. El denominador común de nuestra relación fueron los
malentendidos al cuadrado y las probabilidades de fracaso cada vez mayores. Así
que lo dejaré aquí, porque me temo que no hay teorema que pueda dar solución al
problema que hay entre tú y yo, hay demasiadas variables.
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